Los frutos secos

Los frutos secos son un postre esencial, ya desde la Edad Media, según revelan algunos villancicos o las crónicas reales. Suelen aparecer después de los postres, para acompañar cafés y licores, o de postre, cuando no se sabe qué pedir o no apetece un plato completo de postres. A los frutos secos de postre los denominamos grana de capellà (‘grano de cura’) o postres de músic (‘postres de músico’), según si el hogar es de devotos o de gente de pensamiento liberal. Conviene explicar que tanto en un caso como en el otro se trataba de tener grano en los bolsillos para picar algo cada vez que el cuerpo desfallecía. Los músicos, porque soplaban todo el santo día en la fiesta mayor: primero, en el oficio solemne; después, en las sardanas, en la plaza, y finalmente, en el baile por la noche. Y los curas, porque tenían que ir a pie por las parroquias donde les tocaba decir misa y no tenían mucho tiempo para sentarse a la mesa.

Se comían avellanas, nueces, almendras, pasas, higos, piñones… porque son muy energéticos. En algunas casas de payés, todavía tienen nogales, almendros o avellanos, y salen al bosque a recoger higos o piñas, para extraer los piñones.

 

Los frutos secos también los usamos como ingrediente de muchos platos, como potenciador del sabor y como espesante para los picadillos, que son una preparación característica de la cocina catalana, junto al romesco, que también se basa en una combinación de frutos secos con otros ingredientes. Hay muchos picadillos y muchos romescos, tantos como familias, linajes, pueblos y comarcas.

 

También tenemos una cocina dulce a base de frutos secos: turrones, panellets, roscones, cocas, galletas y tortas. Y podemos hacer una comida en la que estén presentes los frutos secos tanto en la parte salada como en la dulce.

Los frutos secos con sello Girona Excel·lent 2023 – 2024

Nuasets – avellana tostada

La ausencia de avellana de proximidad en las tiendas llevó a cinco productores de Brunyola, Sant Martí Sapresa y Estanyol a iniciar conjuntamente el proyecto «Nuasets», que reivindica las magníficas plantaciones de avellanos de aquella zona de La Selva y El Gironès. A pesar de que los campos de avellanos están documentados desde hace siglos en La Selva, ha triunfado la denominación «avellana de Brunyola». Nuasets cultiva avellana negrita, la variedad más apreciada, porque es un producto equilibrado, delicioso y muy goloso. Su punto de torrefacción preciso da una avellana aromática, dulce y crujiente.

Sociedad: Esclovellana, SL

www.nuasets.cat

Nueces Can Llavanera

Can Llavanera es una explotación familiar agraria dedicada totalmente al cultivo de sus veintiséis hectáreas de nogales, situadas alrededor de la orilla del Fluvià, en los términos municipales de Crespià, en El Pla de l’Estany, y Cabanelles, en L’Alt Empordà. Can Llavanera, masía agrícola documentada desde el siglo xii, recuperó el cultivo del nogal a finales del siglo pasado, al plantar ejemplares de las variedades Hartley y Pedro.

Sociedad: Can Llavanera, SL

www.nousdecanllavanera.com

Castaña tostada ecológica

Castanya de Viladrau se dedica a la recuperación de castaños centenarios del Parque Natural del Montseny. Hace visitas guiadas y explota su madera y sus frutos, con los cuales elabora varios productos. Todas las castañas se cosechan a mano, se tuestan de manera artesanal con leña de castaño, se dejan reposar en cajas de madera de castaño, se pelan a máquina, a pesar de que después se repasan manualmente, y finalmente se envasan al vacío para que conserven todas sus propiedades y su aspecto natural.

Sociedad: Castanya de Viladrau S.C.P

castanyadeviladrau.cat