Los frutos secos.

Decenas de topónimos —localidades, masías, vecindarios, plazas y calles— tienen nombres relacionados con árboles productores de frutos secos: el Ametller (almendro), el Noguer (nogal) o la Avellaneda. Los frutos secos son un recurso antiguo, con testigos arqueológicos. La memoria nos los ha mantenido siempre presentes, a todas horas. Los frutos secos han sido y son un superalimento avant la lettre.

La combinación de frutos secos (almendras, avellanas y nueces) con frutas desecadas, como pasas e higos, ha sido uno de los postres tradicionales del país. Hay quien les llamaba postres de músic («postre de músico»), de cuando los músicos tocaban todo el día en las fiestas patronales y esta comida era su única aportación energética. Otros prefieren llamarle grana de capellà, de cuando los curas iban arriba y abajo todo el santo día e iban picando de los frutos secos que llevaban en el bolsillo de la sotana. Tanto unos como otros han presidido largas y alegres sobremesas, con garnacha y moscatel, café e infusiones, ratafía y otros licores. La combinación de pasas, higos y nueces es tan ancestral que ya aparece en villancicos del siglo XV.

Si los avellanos se concentran en los paisajes húmedos de La Selva, los nogales (a pesar de que las plantaciones se concentran en El Pla de l’Estany y La Selva) se reparten por todo el territorio, puesto que la base de la ratafía catalana son las nueces verdes.

Los frutos secos con sello Girona Excel·lent 2020 – 2021

Nuasets

La ausencia de avellana de proximidad en las tiendas llevó a cinco productores de Brunyola a iniciar un proyecto conjunto que pone en valor las magníficas plantaciones de avellanos de este municipio de La Selva. El resultado es Nuasets, avellana variedad negrita de Brunyola sin cáscara y tostada. Se trata de un producto armónico, delicioso, goloso y dulce, con una atractiva textura crujiente y un contenido de aceites equilibrado.

Sociedad: Esclovellana, SL

www.nuasets.cat

Nueces Can Llavanera

El río Fluvià proporciona el ecosistema ideal para el nogal, por lo que su cultivo fue reintroducido a finales del siglo pasado. Sin embargo, en la actualidad se ha replantado con dos variedades californianas mucho más adaptadas: hartley y pedro. Can Llavanera, masía documentada desde el siglo xii, cultiva 26 hectáreas de nogales, situados en los términos municipales vecinos de Crespià, en El Pla de l’Estany, y Cabanelles, en L’Alt Empordà.

Sociedad: Can Llavanera, SL

www.nousdecanllavanera.com